Llame a su amante y pregúntele si tiene unos minutos para un almuerzo veloz o si puede reunirse con ella en su oficina después de las horas. Fije una hora para reunirse y miente que está trayendo un amigo (use el nombre de su mascota preferida para su pene).
Cuando hablamos con uno de nuestros amigos y nos cuenta un inconveniente, es porque desea saber nuestra opinión y agradece que le demos una idea para solucionarlo. Esa es la lógica masculina, pero debes enterarte que las damas no son así.
Fue un encuentro realmente agradable, honesto y cómplice en el que se despertó la química entre los dos. Una química intelectual a través del entendimiento mutuo de nuestra particular forma de ver las relaciones de pareja y los métodos de seducción utilizados en la Red.
El pitido que anuncia que estamos en presencia de un pecado espantoso de farsa es la incomodidad. Esa sensación de esfuerzo permanente, de tener que estirar el cuello o meter tripa para dar la talla, portarse bien o bien no sobrepasarse para que el otro se sienta cómodo.
Los objetivos en entrenamiento tienen que ser retadores, alcanzables, medibles y específicos. Y tu lista asimismo, no puedes conformarte solo con el hecho de tener pareja, tiene que ser una pareja que te vuelva loco o loca. Tienes que poder llegar a ella, siempre con unos límites razonables.
Julie podía ver la humedad y la hinchazón del coño de Debra. Te vi en el video más veces de las que puedo recordar. Nunca vi a una mujer actuar como una puta. Ojalá hubiera podido escuchar lo que el Sr. Pearson le dijo. Estás mojado ahora, ¿no?
La única manera de que te enteres es cuando ocurre ese evento cumbre, que corta la espiral ascendente de empatía, confianza y satisfacción. En ese instante tienes ese insight que te deja entender que tu pareja no es precisamente como tú pensabas que era.
Conozco líderes que están persuadidos de su idea. Conozco a otras personas que siguen a ese líder. Ni siquiera piensan como el líder. ¡No!, ellos creen como el líder les afirma. Ellos aman al líder. Están persuadidos por él, independientemente que el líder esté equivocado.
Tenemos amedrentad psicológica cuando compartimos nuestros deseos y necesidades, lo que nos gusta y aquello que nos disgusta, nuestros miedos, angustias y ansiedades, así como nuestras debilidades. Asimismo nuestros impulsos y inconvenientes profundos.
En este punto difícilmente la relación es recuperable, ya que no estamos en condiciones de percibir, desarrollamos una gran predisposición negativa ante todo lo que representa la otra persona por quien hemos sufrido inclusive sin hacérselo notar en el pasado.
